Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), en 2010 el mundo consumió 69.728 millones de toneladas de fibras textiles, un 41% más que 10 años antes. Un crecimiento mucho mayor que el de la población mundial, que según la ONU aumentó un 12% en el mismo periodo de tiempo. Y es más, mientras la producción, en términos absolutos, de fibras naturales como el algodón o la lana se mantuvo más o menos estable, la de tejidos sintéticos como el poliéster creció.
La producción de estos tejidos sintéticos tiene efectos negativos sobre el medio ambiente. El poliéster es un derivado del petróleo cuya fabricación requiere grandes cantidades de energía y agua. Además, en ciertos casos el convertir los hidrocarburos en fibra requiere catalizadores que usan metales pesados como el antimonio. Estas sustancias son nocivas y se acumulan en animales y plantas del entorno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario